En nuestro país, como suele ser habitual en educación, los avances en Psicología Educativa y Social suelen llegar tarde y, por lo general, cuando llegan, si es que llegan, parece que comienzan a aplicarse porque los países más desarrollados en este ámbito lo están haciendo, pero no por convicción o por realizar una verdadera apuesta por la resolución de un problema que, aunque los gobiernos no quieran verlo, está en los hogares, en la calle, en el trabajo y en las aulas en mayor o menor medida. Y, al hilo de esta percepción, podemos afirmar que los programas SEL de Aprendizaje Emocional y Social aún no están en los currículos oficiales de las diferentes enseñanzas, aunque se haya querido dar un aire de modernidad con la inclusión del concepto de competencia en la última ley de educación (LOE).
Y, aunque la Comisión Europea (2004) determina que ser competente supone “utilizar de forma combinada los conocimientos, destrezas, aptitudes y actitudes en el desarrollo personal, la inclusión y el empleo”, la realidad de la escuela es que en la aplicación de las nueve competencias básicas (comunicación lingüística, razonamiento matemático, mundo físico y natural, competencia digital y tratamiento de la información, competencia social y ciudadana, competencia cultural y artística, aprender a aprender, autonomía, iniciativa y espíritu crítico), a parte de los quebraderos de cabeza que está suponiendo a una gran parte del profesorado conciliar el desarrollo de todas esas competencias con los documentos curriculares y administrativos, sigue sin abordarse la educación interior de la persona -desarrollo del carácter, reconocimiento y gestión de las emociones y sentimientos, relación afectiva con los demás, potenciación de la sensibilidad artística, cultivo de la creatividad…-
Estas competencias, en lo que se refiere a la mejora de la vida emocional de las personas, adolecen de falta de concreción o, lo que es lo mismo, ante tanto despliegue de intenciones, el fondo del asunto queda disuelto y a merced de la voluntad y el interés mayor, menor o ninguno del profesorado. Es decir, las competencias en las que se podrían desarrollar programas SEL serían dos, a saber:
- Competencia Social y Ciudadana, que se desarrolla en asignaturas como “Educación para la ciudadanía” -materia en la que los alumnos están a expensas de la implicación del profesor y su propia ética o falta de ella-, en “Educación ético-cívica” -si nos referimos a la ESO-, y en todas las demás asignaturas.
- Autonomía, Iniciativa y Espíritu Crítico, cuyo desarrollo está implicado en el desarrollo de todas las asignaturas.
Es decir, que de enseñar a los niños y a los jóvenes a manejar sus propios impulsos y emociones para una vida más satisfactoria y sana -física, mental y emocionalmente- nada de nada. En este sentido, considerar este ámbito de la educación como una materia de carácter transversal creo que constituye uno de los mayores errores del sistema educativo español y europeo. Falta de concreción, una característica muy propia de este lado del Atlántico, a diferencia de la mentalidad norteameriacana que, a pesar de sus defectos, manifiesta, no obstante, un palmario pragmatismo en su forma de ser que, en el caso de la educación, y más si se trata de algo tan delicado y trascendente como la Inteligencia Emocional, es una premisa insustituible e imprescindible para el éxito de su integración y desarrollo en el individuo y, como consecuencia, de la sociedad.
Es cierto que en algunos colegios privados de nuestro país se está trabajando con la inteligencia emocional; y también me consta que en algunos institutos, a título de proyectos extracurriculares, se desarrollan esbozos de programas SEL. Algo, sin embargo, a todas luces insuficiente.
Pero ¿qué relación tiene todo esto con nuestra actividad en la enseñanza musical, por qué se está hablando de un asunto que afecta a la sociedad en general cuando el título del artículo hace referencia a algo tan específico como el escenario?
JAC
JAC
(Continuará)
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-Noncommercial-No Derivative Works 3.0 Unported License.
No hay comentarios:
Publicar un comentario