martes, 27 de diciembre de 2011

Sobre la (in)competencia artística en la educación general

Una de las competencias básicas de la reforma de 2009 es la competencia cultural y artística, por la que el conjunto de destrezas que la configuran se refiere tanto a la habilidad para apreciar y disfrutar con el arte y otras manifestaciones culturales, como a aquéllas relacionadas con el empleo de  algunos recursos de la expresión artística para realizar creaciones propias; lo que implica un conocimiento básico de las distintas manifestaciones culturales y artísticas, la aplicación de habilidades de pensamiento divergente y de trabajo colaborativo, una actitud abierta, respetuosa y crítica hacia la diversidad de expresiones artísticas y culturales, el deseo y voluntad de cultivar la propia capacidad estética y creadora, y un interés por participar en la vida cultural y por contribuir a la conservación del patrimonio cultural y artístico, tanto de la propia comunidad, como de otras comunidades.
¡Fantástico!, ¡genial!, diría un ser de otra galaxia que, en el ámbito de una educación general, estuviera contemplada una formación cultural y artística para su hijo, tal y como "pregona" el párrafo anterior.
Sin embargo, como suele ocurrir con la publicidad, y con el currículo de diseño, no todo el monte es orégano.