sábado, 31 de octubre de 2015

Ideario por la renovación pedagógica en las Enseñanzas Musicales


ANTES DE... (preámbulo)

No hace mucho tiempo, en una de las periódicas reuniones con algunos de mis más apreciados colegas del centro en el que trabajo, surgió un asunto que generó en unos instantes un entusiasmo desbordante poco común en el ámbito académico en el que suelo moverme; asunto que se resume en la siguiente consigna: ¡hay que hacer algo para sacar de la atonía pedagógica y organizativa en la que se encuentra nuestro conservatorio (léase: "nuestros conservatorios")

Cual agencia publicitaria en busca de la "idea fuerza" para una inminente campaña requerida por un cliente, y mediante una espontánea brainstorming ("lluvia de ideas"), comenzaron a aparecer las más inverosímiles, creativas y divertidas propuestas de labios de unos y de otros, intentando dar respuesta al "grito de guerra"

Finalmente, concluimos que la quimérica solución, si teníamos que ceñirnos a la "ranciedumbre" administrativa e, incluso, docente de algunos de nuestros propios compañeros, pasaba por hacer una segregación dentro del mismo conservatorio, es decir, hacer convivir dos conservatorios en uno: uno conservador,  y otro alternativo, innovador y reformista. Es evidente que esa idea quedó en la intimidad de nuestros alocados sueños pedagógicos..., no trascendió a la comunidad.

Sin embargo, ese germen que surgió en aquella inolvidable reunión, siguió creciendo en cada uno de nosotros, hasta que empezó a ver la luz de la viabilidad a través de un manifiesto en el que, en mayor o menor medida, colaboramos todos.

El ideario que a continuación presento es parte del proceso explicado más las aportaciones de más profesores y profesoras de otros centros y zonas geográficas del país que se han sentido identificados con la idea.

Espero que el contenido del documento sea de utilidad para todos los lectores de este blog, tanto si están de acuerdo, pues nos sentiríamos más arropados, como si no, pues al menos serviría para la reflexión y la crítica, siempre bien recibida si su intención es constructiva.


IDEARIO POR LA RENOVACIÓN PEDAGÓGICA 
EN LAS ENSEÑANZAS MUSICALES

La UNESCO, a través de la Hoja de Ruta para la Educación Artística de 2006 y la Agenda de Seúl de 2010, establece una serie de principios y orientaciones sobre políticas educativas de las que nuestro país se está apartando peligrosamente. Sin embargo, creemos que existen grandes posibilidades de revertir los efectos de estas políticas adversas en torno a la educación artística ampliando las posibilidades del trabajo en el aula. Por ello, un grupo de docentes de enseñanzas musicales realizamos una DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS y suscribimos una serie de COMPROMISOS con el fin de animar a otros profesores que piensen igual que nosotros a crear redes y propiciar los cambios “de abajo arriba”. Los principios son:

PRINCIPIOS

1. LA MÚSICA COMO MEDIO DE EXPRESIÓN, POR ENCIMA DE LA TÉCNICA
La técnica debe ser un medio y no un fin; el alumnado debe encontrar en la práctica musical un medio de expresión, aumentando sus posibilidades expresivas a medida que su técnica avanza. Realizando una revisión crítica del sistema en cuanto a su énfasis en formar alumnado homogéneo y con poca capacidad para aportar aspectos personales a su música.

2. LA CREATIVIDAD POR ENCIMA DE LA IMITACIÓN
Reproducir con arreglo a las convenciones estilísticas una obra escrita por un compositor es algo muy importante, pero no el único ámbito de las posibilidades del músico. No nos enseñan a hablar y a leer únicamente para reproducir textos de los grandes escritores. La lectura es importante, pero no es la única fuente para el músico. La capacidad de crear y de improvisar debe estar a la misma altura.

3. EL OÍDO ANTES QUE LA VISTA
Es paradójico que en una enseñanza como la musical, la capacidad de escucha esté en una posición secundaria frente a la capacidad de lectura. En demasiadas asignaturas los conceptos teóricos quedan aislados y el alumnado tiene serias dificultades para discriminar auditivamente gran parte de los contenidos trabajados de manera teórica o analítica.

4. VERSATILIDAD FRENTE A ESPECIALIZACIÓN PRECOZ
El perfil de músico mono-instrumentista cuya única competencia es reproducir de manera adecuada un determinado estilo de música encuentra difícil encaje en el entorno artístico del siglo XXI. La voz es un instrumento que todos deben desarrollar hasta donde puedan, también los diferentes estilos y, al menos un instrumento principal y uno secundario, pero dentro del principal, también pueden conocer otros usos de los mismos (estilos) o variedades (música antigua, música étnica,etc...). Debemos intentar formar músicos (más que instrumentistas) lo más versátiles posibles en sus etapas iniciales, ya que la especialización, de ser imprescindible, llegará en sus últimas etapas formativas.

5. EL CONJUNTO POR ENCIMA DE LO INDIVIDUAL
La mayoría de las virtudes de la música se dan en un entorno de comunidad. Por amplio que sea el repertorio solista del instrumento, la educación no debería estar basada en dicha concepción, sino en las amplias posibilidades que surgen al interactuar con otros músicos.

6. GENERAR ATENCIÓN A TRAVÉS DE LA MOTIVACIÓN
El ser humano tiene una capacidad innata de aprender, dicha capacidad se debilita cuando se le obliga a aprender lo que no quiere, o lo que se hace en el momento inadecuado. Lo que nos queda de nuestra etapa de aprendizaje no son los contenidos, sino las experiencias, las sensaciones que experimentamos cuando realizamos determinadas actividades. Sabemos hoy en día por la neuroeducación que la emoción es un elemento esencial en el aprendizaje y el profesorado debe jugar con ello. Debemos trabajar con la emoción y con la gamificación para alcanzar experiencias plenas en motivación. Además, es imprescindible que desarrollemos un aprendizaje significativo, un aula participativa y un autoconcepto del alumno inspirado en la autoestima a partir del esfuerzo gozoso.

7. LA FELICIDAD Y EL DISFRUTE EXPERIENCIAL POR ENCIMA DEL TEMOR
El futuro profesional de un alumno no debe convertirse en un fin, sino en una consecuencia de una pasión por la música y del máximo desarrollo de su potencial a través de experiencias positivas. El profesorado debe sentir la misma pasión y saber transmitirla al alumnado, evitando que su interés disminuya y le permita para el resto de su vida asociar la música al disfrute experiencial: escuchando, acudiendo a conciertos, interpretando o creando. También hay que aprovechar esa capacidad innata de mostrar su arte sin pudor ni miedo a las críticas ni al error, eliminar las sensaciones negativas que son el germen de los futuros traumas y del miedo escénico. La preparación para la actividad escénica y la capacidad para relativizar los errores debe estar tutelada siempre por el profesorado.

8. LA DIVERSIDAD POR ENCIMA DEL PROGRAMA ÚNICO
Nuestra misión es ayudar a que el alumnado desarrolle al máximo sus cualidades artísticas y musicales, no garantizar un nivel estándar de preparación técnica e interpretativa. Evitar el desahucio de alumnado que abandona sus estudios con sensación de fracaso por no saber adaptarnos a sus necesidades formativas. Para ello es necesario facilitarle herramientas para que construya su expectativas en torno a la música y, combinadas con sus cualidades, caminar con la mayor eficacia posible hacia el fin que hemos establecido como idóneo; permitiendo que el ritmo y la dirección del aprendizaje no sean uniformes y únicos.

9. INNOVAR Y COMPARTIR
Una de las facetas del profesorado en general es estar al tanto de las novedades pedagógicas y de otros ámbitos (tecnológicas, artísticas, etc..) para poder aplicarlas a la actividad docente. Un modo idóneo de poder acceder a ellas es convirtiéndonos en agentes facilitadores abriendo nuestras aulas y difundiendo aquellas actividades, repertorios, arreglos, metodologías, etc.. que puedan ser interesantes a otros docentes.

10. LA EVALUACIÓN AUTÉNTICA EN FUNCIÓN DE LAS COMPETENCIAS ESTABLECIDAS
Las competencias deben responder a los problemas reales que un músico debe resolver en cada momento según el curso que está realizando. Frente a una evaluación basada en la cumplimentación de un repertorio programado, apoyamos una evaluación continua basada en la adquisición de las competencias que concretan la capacitación de un alumno para resolver problemas musicales y para desarrollar roles necesarios. Defendemos una flexibilización curricular capaz de soslayar la estricta programación de repertorio así como la laxitud de programación de aula, de forma que garantice la adquisición de las competencias necesarias y el desarrollo de unos contenidos mínimos en concordancia con la evaluación auténtica. La evaluación modificará el qué y cómo de nuestra propia acción docente en el aula.

POR TODO ELLO, NOS COMPROMETEMOS A:

– RENOVAR PERIÓDICAMENTE LOS RECURSOS Y METODOLOGÍAS EN EL AULA, compartiendo al menos tres prácticas innovadoras por curso a través de plataformas de libre acceso y adquiriendo a través del conocimiento de buenas prácticas recursos que implementar en el aula.

– TRABAJAR DE MANERA TRANSVERSAL CON OTROS PROFESORES O CENTROS, rompiendo con la concepción clásica de la actividad escénica y buscando la actuación como fuente para desarrollar la creatividad, la expresividad y el amor a la música. Integrando siempre que sea posible aspectos de otras asignaturas como el repertorio de conjuntos en la clase de instrumento.

– FORMARSE en aspectos que nuestra formación y nuestra experiencia artística no nos ha cubierto y que son necesarios para el éxito de la docencia actual (TIC, improvisación, otros estilos, escenografía, guionización, inteligencia emocional, coaching..) fomentando la creación de grupos de formación, bien en el Departamento, bien en el Centro, bien a nivel intercentros.

– BASARSE EN LA MOTIVACIÓN COMO ELEMENTO FUNDAMENTAL, avanzando al máximo en el aula y minimizando los deberes; procurando que, la práctica en casa sea fruto del interés del alumno/a y no de la imposición del estudio.

– LLEVAR A CABO UNA EVALUACIÓN DE LA ACTIVIDAD DOCENTE diseñada para valorar estos parámetros que aquí proponemos y que recoja una valoración cualitativa por parte del alumnado, los padres y el resto del equipo docente. Usando dicha evaluación como fuente de mejora

– ABRIR EL AULA a docentes y personas interesadas en nuestro modo de trabajo.

– ATENDER A LA DIVERSIDAD DEL ALUMNADO, trabajando para conciliar niveles heterogéneos dentro de una misma aula y para gestionar las expectativas diferentes y cambiantes de cada persona durante su formación.

– AMPLIAR EL CONCEPTO DE EVALUACIÓN de la mera cumplimentación de un repertorio a un modelo que garantice realmente la adquisición de las competencias musicales adecuadas para cada momento educativo.

El propósito sería abrir una plataforma de recursos en las que todas aquellas personas que quieran suscribir el manifiesto y sus compromisos puedan facilitar y obtener materiales, ideas, metodologías u opiniones que permitan mejorar nuestra actividad docente y el servicio que nuestras enseñanzas ofrecen a la sociedad.

Algunos vídeos y materiales que reflejan este espíritu son estos:

PROMOTORES DEL MANIFIESTO

Antonio Espíldora / José Antonio Coso / Alfonso G. Chico / Bárbara Sela / Albert Sunyer: Conservatorios de Sevilla
Victoria Querejeta: CEP de Sevilla
Javier Campaña: Conservatorio de Osuna (Sevilla)
Elena Montaña: Escuela de Música de Tres Cantos (Madrid)
Adriana Cristina: Conservatorio de Gijón (Asturias)


           SI ESTÁS EN NUESTRA LÍNEA ¡DIFÚNDELO!, MUCHAS GRACIAS

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viernes, 3 de abril de 2015

Los dos hermanos o El hortelano del talento (narración-reflexión)

NARRACIÓN

Estando en su lecho de muerte, un padre llamó a sus dos hijos para expresarles su última voluntad sobre el legado más preciado que les dejaría cuando él faltase. Se trataba de una finca hortofruticola, resultado de toda una vida de dedicación y esfuerzo a la pasión de su vida: las plantas. Manifestando una gran equidad en el reparto, la finca sería divida a partes iguales para que los hijos hicieran con su parte lo que consideraran más oportuno.
Los hermanos, a pesar de llevar la misma sangre en sus venas, mostraban inclinaciones muy distintas: uno de ellos, el menor, había manifestado desde muy pequeño el mismo amor hacia las plantas que su padre; en cambio, el otro hermano era más pragmático y se decantaba más por lo mercantil del negocio paterno. 
Llegado el inevitable momento, y a pesar de haber intentado por todos los medios mantener la propiedad como hasta el momento, el hermano mayor no estuvo dispuesto a seguir un negocio que, según su opinión, requería mucha dedicación y reportaba muy pocos beneficios materiales, en suma, no era rentable. Por ello, decidieron construir una cerca que dividía la finca en dos terrenos independientes.
Ciertamente, el hermano mayor tenía parte de razón al argumentar que el trabajo de diversificación que requería la finca del padre era arduo y la recompensa era más "espiritual" que material, puesto que había árboles frutales en pequeñas cantidades pero todos ellos diversos (naranjos, limoneros, pomelos, manzanos, perales...), de la misma manera, en la parte de cultivos había muchos productos hortícolas pero en pequeñas cantidades y, para completar el inventario, la finca albergaba diversas y no pocas plantas aromáticas (ajedrea, salvia, perejil, romero, albahaca, mejorana, hierbabuena, estragón, melisa, eneldo, menta, tomillo, verbena...). 
A pesar de ello, el menor de los hermanos decidió seguir la tradición paterna por la que cada planta tiene sus necesidades y requiere de unos cuidados especiales, aceptando, en consecuencia, un trabajo extremadamente minucioso de observación continua para que cada planta tuviese su temperatura adecuada, su cantidad precisa de luz solar, su grado apropiado de humedad..., evitando cualquier tipo de producto para acelerar el crecimiento de las plantas, utilizando abonos orgánicos naturales, practicando el barbecho y, en definitiva, estando en la mayor armonía posible con la naturaleza para garantizar el desarrollo pleno e idóneo de cada planta.
El hermano mayor, en su afán mercantil, decidió emprender un camino muy diferente. Hizo un estudio de marketing para determinar los productos más demandados en el mercado, y así poder obtener el mayor beneficio posible. No tardó mucho tiempo en darse cuenta que el proceso de producción más ventajoso consistía en abandonar la diversidad hortofruticola, por el monocultivo intensivo, a pesar de tener que cruzar la línea roja sobre la que su padre siempre les advirtió: uso masivo de plaguicidas al ser este tipo de cultivos más susceptible a aparición de elementos patógenos, como consecuencia de lo anterior, desaparición del microbioecosistema, cierta toxicidad de los cultivos, contaminación del medio ambiente, utilización de fertilizantes baratos que permitan rentabilidad a una amplia extensión de suelo agotado por la sobreexplotación...
Pasados los años, los productos del hermano menor eran demandados por su extraordinaria calidad, compromiso con el medio ambiente y excelencia hortofruticola aunque, eso sí, siempre sujetos al doble condicionante de la estacionalidad y de la producción limitada.
Por el contrario, la producción del hermano mayor -que, por cierto, tuvo que expandir la extensión del terreno comprando las fincas limítrofes, a excepción de la de su hermano- eran demandados de manera masiva y en cualquier estación del año.


REFLEXIÓN

Es evidente que este blog no ha cambiado su temática habitual al presentar a sus lectores una historia agraria. Como habrán podido deducir los lectores habituales vuelvo a utilizar el recurso de la metáfora -esta vez a través de una narración- para reflexionar sobre una realidad educativa, ya tratada en alguna otra ocasión, pero que considero que dada su trascendencia humana y social no debemos dejar de incidir sobre ella para ver si acabamos de comprenderla en su totalidad y así poder emprender acciones que lleven a un auténtico y verdadero cambio en este ámbito. Y lo que sigue es el resultado de dicha reflexión.

Efectivamente, las dos situaciones que se presentan en la historia hacen referencia a dos modelos de educación muy diferenciados y que, en consecuencia, persiguen propósitos muy diferentes.

El planteamiento del hermano mayor representa el modelo educativo cuyo lema es "mínimo coste, máxima producción" y que, a pesar de la modernidad con que quieran vestir las sucesivas y partidistas reformas educativas, sigue siendo heredero del modelo educativo surgido a raíz de la revolución industrial del siglo XIX; lo que, en términos educativos, conlleva inexorablemente al sacrificio de la atención a la diversidad, la atención a la individualidad de cada ser humano, por la uniformización del conjunto, por mucho ornato terminológico con el que pretendan convencernos de lo contrario. Esta afirmación puede ser considerada por los "ideólogos y tecnócratas" (de turno) de la educación un absoluto disparate, una aberración pedagógica, pero sólo hace falta abrir los ojos para darse cuenta que lo que nos quieren hacer ver es la conjugación entre la atención a la masa (uniformidad) y la atención al individuo (diversidad), algo que no puede darse, como el aceite no se mezcla con el agua. Esta realidad podemos verla en la enseñanza general (primaria, secundaria y bachillerato) y, por supuesto, en la universidad, es decir, el grueso del sistema educativo. Tengo que decir que esta realidad la podemos encontrar tanto en el ámbito de la escuela pública, de la concertada como de la privada, con excepciones en esta última en la que el trato al alumno es más personalizado y los medios humanos y materiales más apropiados.

La filosofía del hermano menor es otra muy distinta, no importa el tiempo que se tarde en recoger la cosecha, no importa los gastos que genere la atención a las múltiples necesidades de cada planta en particular, no importa que los beneficios obtenidos por este tipo de agricultura sean infinitamente menores que el monocultivo intensivo, lo que importa es que cada planta acabe manifestando lo mejor de su esencia, todo su potencial en esplendorosa plenitud. Si trasladamos el símil al ámbito educativo, creo que queda meridianamente claro de lo que estamos hablando, es algo sumamente trascendental para cada ser humano, se trata de no ser esclavo de las necesidades eventuales de una sociedad hiperconsumista, sino del desarrollo de los potenciales humanos propios de nuestra genuina naturaleza.

Y es, en términos metafóricos, el "hortelano del talento", es decir, el modelo educativo que permite que la educación se centre en el individuo, y haga brotar sus talentos y destrezas para contribuir con ello a construir una sociedad más humana, justa y con ello a una verdadera revolución basada en el progreso interior. Para ello, el profesor tiene que recibir una integral formación profesional, ética, humanística y pedagógica, los centros han de ser dotados de los medios materiales y humanos que sean precisos, las condiciones laborales del cuerpo docente han de ser dignas (confianza administrativa, reconocimiento social, remuneración proporcional...)  Esta realidad podemos verla hecha realidad en el ámbito de la educación general en escuelas alternativas o con metodologías surgidas del ideario de la Nueva Escuela, sobre todo, en otros países en los que la educación es una prioridad nacional; pero también podemos verla hecha realidad, ¡y esto es lo que debería sorprendernos!, al menos en uno de los aspectos imprescindibles para que se produzca -la reducción del ratio, es decir, alumnos por profesor y grupo- en el ámbito de la enseñanza de la música, específicamente, en la disciplina instrumental, donde el ratio es 1/1.

Y precisamente esta circunstancia es la que hace que los que tenemos el privilegio de estar más cerca de la órbita del "hortelano del talento", tomemos conciencia de su trascendencia y hagamos lo que esté en nuestras posibilidades por aprovechar esta oportunidad y desarrollar una enseñanza personalizada altamente humanística, aunque se trate de una disciplina artística, pues no hemos de olvidar, al menos ese es mi convencimiento, que la educación del carácter es la finalidad última de todas y cada una de las disciplinas que participan en ese proyecto de vida que es cada SER humano.

Sé que la reflexión es bastante general y no es por escabullir el bulto, sino por lo extensa de la misma, por lo que emplazo al lector a nuevos artículos en donde abordaré aspectos más concretos que hacen que nuestro modelo educativo esté mucho más cerca del empresario agrícola, que de su hermano el "hortelano del talento".
JAC

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