martes, 22 de febrero de 2011

¿Diversidad vs. Uniformidad?

El presente artículo lo escribe el padre antes que el docente, manifestando de antemano mi satisfacción por ver cómo niños con necesidades educativas especiales, tienen la atención que se merecen por parte de la administración educativa -aunque no todos, ni con los mismos medios materiales y recursos humanos-, a través de la integración de los mismos en el sistema educativo. Pero, al mismo tiempo, con una profunda preocupación por lo que, como contrapunto a esta idea y de manera solapada, se puede percibir en la realidad educativa cotidiana de los demás niños en edad escolar.

El término "diversidad", desde una perspectiva educativa, y desde la implantación de la LOGSE-LOE, va asociado inequívocamente al término de "atención": atención a la diversidad. Pero ¿qué significa este concepto, o qué significado quiere darle la administración educativa?

Efectivamente, ha llovido mucho desde que en 1956 se crease el Patronato Nacional de Educación Especial, primera referencia seria para abordar una tímida reorganización de los centros de educación especial, iniciativa que culminará en la Ley General de Educación de 1970 y que servirá de referencia en el ámbito de las necesidades educativas especiales para las leyes consecuentes de educación.

¿Es, por tanto, la atención a la diversidad un concepto referido a la intervención educativa dirigida a atender a niños con necesidades educativas especiales y a su integración en la escuela normal desde la reforma de 1990?

SI y NO.

SI, por cuanto que la reforma educativa iniciada con la LOGSE, concretamente en el Real Decreto 696/1995 de 28 de abril de la ordenación de la educación y los alumnos con necesidades educativas especiales, para su aplicación en los centros docentes y programas formativos, sostenidos con fondos públicos, da especial importancia a la garantía de escolarización y de respuesta curricular y profesional del AcNEE (Alumno con Necesidades Educativas Especiales), estableciendo que:
  1. La escolarización y atención educativa especial comenzará tan pronto como se advierta su necesidad.
  2. Los AcNEE será escolarizados en centros y programas ordinarios. Sólo cuando sus necesidades no puedan ser satisfechas adecuadamente, lo serán en centros de educación especial.
  3. Las propuestas de escolarización, así como los apoyos y medios complementarios requeridos, se efectuará por parte de los servicios de la administración educativa.
  4. Dichas propuestas estarán fundamentadas en la evaluación psicopedagógica, en la que se tendrán en cuenta tanto las condiciones y características del alumnado como las de su entorno familiar y escolar.
  5. La escolaridad estará sujeta a un seguimiento continuado, con revisiones periódicas tras la evaluación psicopedagógica y la decisión de escolarización.
Bajo estas condiciones y después de haber modificado la clasificación de AcNEE en varias ocasiones, la establecida por la LOE considera AcNEE:
  1. Alumnos en situación de desventaja social: concretamente alumnado extranjero, o aquéllos procedentes de zonas con características socioeconómicas y culturales desfavorecidas, zonas rurales, minorías étnicas o culturales, situaciones que impidan la escolarización en el centro educativo durante un largo período de tiempo (hospitalización por enfermedad o enfermedad de larga duración en el hogar)
  2. Alumnos con altas capacidades intelectuales
  3. Alumnos con dificultades específicas de aprendizaje
  4. Alumnos con algún tipo de discapacidad sensorial, motórica, psíquica o con alteraciones graves del desarrollo
  5. Alumnos con desórdenes de la personalidad
NO, en cuanto que las leyes educativas desde la LOGSE nos introducen en un currículo flexible, abierto, funcional y adaptado a las necesidades educativas, convirtiendo la atención a la diversidad en uno de sus ejes. El mismo preámbulo de la LOE subraya que la atención a la diversidad se establece como principio fundamental que debe regir toda la enseñanza, con el objeto de proporcionar a todo el alumnado una educación adecuada a sus características y necesidades.

¿Pero cuánto de verdad hay en todo esto?, es decir, ¿cómo afecta a los niños SIN necesidades educativas especiales la atención a la diversidad?

En el día a día del aula podemos observar que los profesores están desbordados sencillamente con sólo aplicar el denso currículo que se les pide que desarrollen, uno de los más profusos de la Unión Europea. Con un ratio medio por grupo de 1/25, ¿quién es capaz de diagnosticar, intervenir y adaptar el currículo a las características y necesidades de cada alumno?, y si esto fuera poco, ¡el bilingüismo, tarde y con prisas!

Efectivamente, la realidad de los centros escolares en los que el aprendizaje es grupal, es decir, prácticamente todas las enseñanzas, con la excepción de nuestras enseñanzas instrumentales en las que el ratio es 1/3 en los dos primeros cursos de las Enseñanzas Básicas y 1/1 en el resto de los cursos, es que la grandilocuente intencionalidad de la ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD no deja de ser en la realidad una descomunal falacia en el sistema educativo. Pero lo peor no es esa farsa, sino la siniestra sospecha de que ese concepto de atención a la diversidad se esté utilizando ¡para uniformar!

Esta afirmación puede parecer un poco exagerada e incluso ofensiva para los padres del currículo y para los políticos que lo aplican, pero ¿realmente creemos que los planes de estudio están pensados para potenciar las cualidades de cada alumno como persona?, ¿de verdad pensamos que a nuestros niños y jóvenes se les estimula la capacidad de reflexión y opinión en las aulas?, ¿por qué tenemos que aguantar el atropello de la cultura selectiva a la que estamos sometidos?, ¿por qué se cuenta la historia como en cada comunidad autónoma más conviene al partido político gobernante de turno?, ¿por qué se llena la cabeza de información y fórmulas que poco después se acaban olvidando?, ¿dónde está el espíritu de la competencia -aquella capacidad de movilizar recursos, conocimientos, habilidades y destrezas en la solución de una situación de aprendizaje-?, ¿por qué no se hace caso a las recomendaciones de la UE y se descargan los currículos? -somos el país de la UE con los currículos más prolijos a la vez que ineficaces, además de ir en el grupo de cabeza en cuanto a fracaso escolar-, ¿dónde está la verdadera atención a la diversidad?, ¿"sólo" se aplica a los AcNEE?, ¿y los demás?

Pues no sé si todo está así de maquiavélicamente concebido, o todo es producto de tamaña chapuza, pero lo cierto es que ahí comienza la uniformización "ciudadana": acostumbrarse a hacer cantidades desmesuradas de deberes no sólo en clase sino también en casa -no se te ocurra faltar porque tendrás que ponerte al día haciendo una montaña de trabajos-, la mayoría de ellos mecánicos, cansinos, tediosos; acostumbrarse a ver machacar todo viso de rasgo diferencial; acostumbrarse a desarrollar el intelecto pero también, y aunque parezca paradójico, acostumbrarse a aprender a "no pensar"...

Hay niños que después de la jornada escolar corren a sus casas a coger sus pinceles, sus pinturas, sus instrumentos musicales, sus zapatillas de ballet o sus libros porque están sedientos de actividades creativas, no por lo lúdico que les pueda resultar, sino por la necesidad de dar rienda suelta a su originalidad, imaginación, creatividad... ¿Será que la consigna es "matar la creatividad de los niños"?, ahora que acabo de escribir esta terrible frase "matar la creatividad de los niños", recuerdo un vídeo extraordinario titulado de forma similar "¿Matan las escuelas la creatividad de los niños?" en el que Ken Robinson, prestigioso e internacionalmente reconocido comunicador y analista, trata este tema de manera magistral.

Tal y como están las cosas, considero que, a pesar del esfuerzo de muchos profesores conscientes de esta realidad, la familia tiene que recuperar su lugar, un lugar preeminente en la educación de los hijos. Este modelo de escuela forma en la uniformidad, siega todo indicador de creatividad, individualidad, originalidad, "desuniformidad" en el niño, adolescente o joven, modela a "ciudadanos" para que la sociedad sea como es, y creo que ha llegado el momento de decir que ¡no! a ese atropello a la dignidad, a la autenticidad, a las potencialidades y a la universalidad del ser humano. Yo al menos no quiero que mis hijos sean una pieza más del sistema, quiero que crezcan como seres humanos, que desarrollen sus valores, sus potencialidades, sus capacidades, para después colaborar con la sociedad, ayudar al necesitado y llegar a ser personas íntegras como seres humanos y útiles a la humanidad, pero liberados de las cadenas invisibles que camufladas de progresismo, ecologismo, modernismo, y otros "ismos" hacen a las personas marionetas de ideologías que piensan en el ser humano, pero no como tal, sino como vehículo servil en la consecución de sus oscuras intenciones.

Para finalizar, y por su acierto metafórico, trascribo a continuación la fábula de Miguel Ángel Santos (1999) que fue presentada en el I Congreso de Atención a la Diversidad en la Comunidad Valenciana.

Cierta vez, los animales decidieron hacer algo para afrontar los problemas del mundo, y organizaron una escuela. Adoptaron un currículo consistente en correr, trepar, nadar y volar, inscribiéndose todos en todas las asignaturas.

El pato era estudiante sobresaliente en la asignatura de natación. Incluso superior al maestro. Obtuvo un suficiente en vuelo, pero en carrera resultó deficiente. Como era de aprendizaje lento en esto último, tuvo que quedarse en la escuela después de clase y abandonar la natación para practicar la carrera. Estos ejercicios continuaron hasta que sus pies membranosos se desgastaron, pasando a ser un alumno apenas mediano en natación. Pero la medianía se aceptaba en la escuela, de manera que a nadie le preocupó lo sucedido, salvo, como es natural, al pato.

La liebre comenzó el curso como el alumno más destacado en carrera, pero sufrió un colapso nervioso por exceso de trabajo en natación.

La ardilla era excelente en trepar, hasta que manifestó un síndrome de frustración en la clase de vuelo, donde su maestro le hacía comenzar desde el suelo, en vez de hacerlo desde la cima del árbol. Por último, enfermó de calambres por exceso de esfuerzo, obteniendo un seis en trepar y un cuatro en carrera.

El águila era un alumno problemático y recibió malas notas en conducta. En el curso de trepar superaba a todos los demás en el ejercicio de subir hasta la copa del árbol, pero se obstinaba en hacerlo a su manera.

Al terminar el año, el águila anormal, que podía nadar de forma sobresaliente y también correr, trepar y volar un poco, obtuvo el promedio superior y la medalla al mejor alumno.
Sirva esta extraordinaria fábula educativa como aviso del peligroso camino que se puede estar recorriendo hacia la uniformidad, y también como pretexto para iniciar una profunda reflexión sobre la atención a la diversidad en el sistema educativo español, especialmente la que engañosamente se refiere a todos los alumnos sin necesidades educativas especiales.