miércoles, 10 de agosto de 2016

¿Es necesaria una guía para el estudio instrumental?

Acabo de incluir en mi blog una “Guía para el estudio pianístico” que utilizo para mis alumnos de Piano con el fin de complementar las indicaciones que a cada uno de ellos doy en el aula y, de esta manera, facilitarles el complejo y comprometido proceso de aprendizaje en casa al que, curso tras curso, se enfrentan.

Sin embargo, revisando el contenido de la entrada, observo que es perfectamente aplicable a otras especialidades instrumentales -haciendo, claro está, una mínima reconversión por parte del lector de las características específicas y peculiares de cada instrumento, cambiando las del piano por las del suyo propio-, ya que la esencia del sistema es genérica y aplicable a cualquier instrumento teniendo en consideración la precaución antedicha. Por tal motivo, en el título de la entrada he cambiado el término "estudio pianístico" (que aparece en la guía) por el de "estudio instrumental" para dar a entender la universalidad de su aplicación.

A continuación, hago una introducción muy similar a la de la guía realizando unos pequeños cambios encaminados a la generalización de su aplicación. Si dicha introducción despierta el interés del lector, puede acceder al documento completo buscando el enlace correspondiente en la barra lateral de este mismo blog.

Introducción a la guía para el estudio instrumental

Tres son las competencias específicas que el alumno ha de desarrollar en el proceso de aprendizaje de cualquier instrumento:
  • Competencia interpretativa
  • Competencia escénica
  • Competencia autoformativa
El grado de consecución de cada una de estas tres competencias estará determinado por la forma en que se desarrolle el proceso de enseñanza y aprendizaje, en el que el docente tiene su parte de responsabilidad, y el alumno y su familia tienen la suya. En dicho proceso confluyen multitud de aspectos, musicales y extramusicales -lectura, análisis y comprensión estructural, memoria, digitación, articulación, dinámica, velocidad, sincronización, igualdad, fraseo, calidad de sonido, musicalidad, estilo, expresión, convenciones interpretativas, educación auditiva, estudio histórico, habilidad emocional y escénica, organología…-, amén de los pormenores técnicos de cada especialidad instrumental, y los ejercicios de estiramiento y calentamiento previos a cualquier actividad instrumental, aspectos todos ellos que, tratados de forma planificada y sistemática, pueden dar excelentes resultados en breve tiempo, en cuanto al rendimiento se refiere -relación entre el tiempo de estudio y los resultados conseguidos-, además de inculcar en el estudiante hábitos adecuados y eficaces de trabajo a lo largo de su vida musical.

El hecho de hacer un planteamiento inicial en el que se dé tanta importancia a la planificación y al sistema de estudio, es perfectamente justificable al tomar en consideración la naturaleza de la disciplina instrumental, en cuanto que:
  1. Una gran cantidad del tiempo dedicado a su aprendizaje se desarrolla fuera del aula.
  2. Todo ese tiempo el alumno se encuentra sólo ante el instrumento y la partitura, sin más orientaciones que las anotaciones del profesor ­-reflejadas en la misma partitura o en papel a parte-, además de sus consejos que, al confiarse a la memoria, por lo general, suelen disolverse en el olvido.
  3. Por lo general, las familias no ayudan a sus hijos por creer que para poder hacerlo necesitan tener conocimientos musicales -algo que la mayoría de ellas no poseen-, aunque con una mínimas indicaciones de organización y gestión del estudio las familias pueden realizar un eficaz apoyo en este ámbito, sin necesidad de tener conocimientos musicales.
La habitual impaciencia de algunos estudiantes en conseguir resultados inmediatos es una costumbre que conduce hacia la adquisición de hábitos perjudiciales y deficiencias de toda especie, al sacrificar la cuidada ejecución instrumental por el espejismo de una confusa e imprecisa ejecución a tempo de la obra objeto de estudio. Errores de lectura -altura, ritmo, métrica, digitación, articulaciones, dinámica…-, imprecisiones de todo tipo, desigualdades y todo un conjunto de imperfecciones se suceden cuando la primordial y más inmediata meta a conseguir por el estudiante, en el mínimo tiempo posible, es ejecutar la obra a velocidad. Los defectos así generados y no corregidos adecuada y oportunamente se convierten automáticamente en “zonas de riesgo”, cuya resolución se hace más que improbable por haber fomentado, alimentado y arraigado malos hábitos, desde posturales hasta interpretativos, pasando por una gama interminable de deficiencias musicales, con las ineludibles consecuencias emocionales que de ello se pueda derivar como la inseguridad, la imprecisión, el desánimo, la insatisfacción o, incluso, la desmotivación por el estudio del instrumento.

Cuando el estudiante, convencido de la gravedad del problema, determina corregirlo después de haber mal empleado grandes cantidades de tiempo de estudio, se encuentra con la aparición de otra dificultad, quizás mayor: la automatización del fallo, cuya corrección es siempre costosa en esfuerzo y tiempo.

Veamos, si hacemos un cálculo del tiempo real que el estudiante emplea en poner una obra a velocidad, sin atender a los pormenores técnicos y musicales, y le agregamos las horas necesarias para localizar y corregir satisfactoriamente el enorme volumen de deficiencias derivadas de esa incorrecta forma de estudio, el resultado es una exagerada desproporción entre el tiempo de estudio empleado y el rendimiento conseguido.

Por el contrario, si el sistema de trabajo utilizado está basado en la planificación y en la reflexión mediante el empleo de técnicas específicas y aplicaciones sistemáticas e inteligentes de estudio, a pesar de su aparente falta de eficacia o de la lentitud con que puedan percibirse resultados evidentes, finalmente el estudiante ha de rendirse ante la evidencia y aceptarlo como el método más rápido, al proporcionar un alto rendimiento y la consecución impecable de objetivos. Pero no sólo eso, pues el carácter preventivo de esta propuesta metodológica evita tener que pagar “tributo”, es decir, permite ahorrar el tiempo extra necesario en la resolución de los errores derivados de una práctica mecánica e irreflexiva. Igualmente, la aplicación de un buen sistema de estudio evita las mencionadas variantes emocionales -inquietud, desánimo, frustración, desmotivación…- que pueden perturbar al estudiante o incluso apartarlo de su aprendizaje instrumental.­

Uno de los sistemas de trabajo más populares entre los estudiantes consiste, casi exclusivamente, en repetir sistemáticamente la obra -o, en el mejor de los casos, un pasaje- una y otra vez hasta conseguir un cierto grado de dominio. Al igual que en cualquier disciplina en la que uno de los objetivos a conseguir es la destreza motriz, es evidente la necesidad del trabajo repetitivo en el estudio y aprendizaje de un instrumento. Sin embargo, cuando su aplicación se hace en forma indiscriminada, tanto en pasajes que así lo requieren como en otros que no, esta práctica se torna inadecuada e ineficaz. Por tanto, la fórmula repetitiva de estudio es apropiada cuando deliberadamente se quiere interpretar la obra completa para dar unidad y coherencia técnica y expresiva a la misma, y también cuando se aplica a pasajes, secuencias o fragmentos de la obra que han sido previamente reconocidos y delimitados como zonas de riesgo, debido a las irregularidades o deficiencias que se producen al ejecutarlas. Al reconocer una zona de riesgo, inmediatamente se debe someter a un exhaustivo análisis de la posible causa o causas que provocan tal irregularidad, ya que a veces la solución no está en el adiestramiento motriz sino en cualquier otro aspecto insospechado como un cambio de digitación, por ejemplo.

Es fácil, por tanto, observar que la resolución de un problema no estriba necesaria y únicamente en la insistente repetición del pasaje donde existe alguna dificultad, o en el que se fallan determinadas notas, ya que el análisis de factores como la naturaleza de la dificultad, la posible causa que lo produce, la relación con el entorno musical próximo, la revisión de la métrica, del ritmo, de la melodía, del fraseo, de la postura de dedos, manos, brazo, tronco, pies, el análisis de la armonía o el contrapunto…, puede acercar más rápida y eficazmente a la solución del problema sin necesidad de recurrir a la simple y mecánica repetición sin sentido.

Y, para finalizar esta introducción, cuando al sistema de trabajo le añadimos ingredientes como la atención dirigida y el discernimiento, además de mucha paciencia, comienzan a desaparecer la monotonía, el automatismo y hasta el aburrimiento -típicas consecuencias generadas por el uso de un método de estudio no planificado-, dando paso a la satisfacción que proporciona el darse cuenta de que el tiempo y la dedicación empleados en la práctica diaria del instrumento se transforman en eficiencia y alto nivel de rendimiento.

JAC

NOTA FINAL: Para más información, además de la “Guía para el estudio pianístico”, el lector puede consultar mi libro Tocar un instrumento, 3ª edición, Sis i Sets dm, Valencia, 2014.


This work is licensed under a Creative Commons Attribution-Noncommercial-No Derivative Works 3.0 Unported License.

3 comentarios:

  1. Thank for share!
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  2. Me parece muy interesante y veraz lo que escribes en esta entrada de tu blog, todos los estudiantes de Musica que hemos cursado una Educación Superior hemos tenido la mala experiencia de sufrir los inconvenientes de la enseñanza musical tradicional, la cual se basa en repetición sin sentido de la obra y de los pasajes instrumentales, pero afortunadamente (solo los que no nos hemos encontrado satisfechos con ese topo de educación) las personas se dan cuenta de que hay maneras inteligentes de abordar la enseñanza instrumental. Todo comienza con el estudio y la conciencia de uno mismo, el estudio de la ergonomía así como la práctica de estiramientos y movimientos flexibilizantes para conseguir, a través de la conciencia corporal, una verdadera técnicas instrumental que te permita resolver los problemas del instrumento. Esperemos que los profesores de Conservatorio se deme cuenta poco a poco que la enseñanza instrumental tradicional es obsoleta. Saludos desde Colima, México.

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  3. Muchas gracias, Adriana, por tu generoso comentario.
    Me alegra mucho saber que el post te ha resultado de alguna utilidad.
    Recibe un cordial saludo desde Sevilla, España.

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